lunes, 15 de octubre de 2012

"Si no obtienes resultaods no te dan nada"


Fabiola Ramos asume con naturalidad un hecho que, desde ya, la hace pasar como pocos atletas en la historia olímpica de Venezuela. Al jugar su primer compromiso en Londres 2012 se convertirá en una de las escasas mortales en asistir a cinco Juegos Olímpicos en representación de nuestro país.

La zuliana de 34 años de edad se concentra en bajar su telón deportivo de la forma más decorosa. Conoce sus potencialidades aunque también sabe de la realidad en el escenario de su disciplina: un deporte minado por chinos naturalizados en el mundo del tenis de mesa.

Ramos entrena en Caracas desde hace más de tres lustros. Hizo una pausa en su rutina diaria para entregar ideas muy concretas de lo que será su futuro pos-Londres 2012.
Dice que, esta vez, si se retirará del tenis de mesa, que dejará la selección nacional y comenzará una nueva vida con un cambio de prioridades. No abandonará la raqueta, pero ocupará un rol de agente multiplicador en las comunidades.
Explica que se enfocó, para los juegos de Beijing 2008, en dejar la actividad deportiva aunque extendió un poco más su carrera y hoy día estar próxima a disputar sus últimas olimpiadas. Vivió una clasificación muy accidentada que acabó en una remontada épica, así, como un gran capítulo de un libro, en el chance final, y en el último servicio frente a la más inesperada de todas las rivales.

¿Cómo valoras el hecho de asistir a unos quintos juegos olímpicos?
Cuando llegué a Venezuela no había captado el hecho. Los periodistas me lo decían, que era un récord de asistir a cinco juegos olímpicos. Yo no lo sabía, nunca lo imaginé, pero es una gran responsabilidad.

¿Y Londres, cómo los vivirás?
Las voy a disfrutar porque serán las últimas. Son 86 personas que van al sorteo y debo buscar una mejor posición. Una medalla, es muy complicado, un tanto complejo. Sería un sueño estar allí y estoy consciente de eso. Ahora tengo más conciencia deportiva. No hace falta que lance 10 toppings (remates) para ganar un partido, ahora se hace con más inteligencia, con juego corto, saque, esquena de juegos y estrategias.

¿Te alejarás de la selección totalmente?
No deseo estar más en la selección después de los Juegos Olímpicos, quiero apartarme un poco y dedicarme a lo que he estado haciendo con la masificación, es un trabajo duro y enriquecedor. Hay mucho estrés al estar en la selección y al dejar de ser jugadora para convertirme en entrenadora es someterme a lo mismo que he hecho toda mi vida.

¿No te interesa un cargo federativo?
Hay cosas en las que estoy en desacuerdo y desearía hacerlas de otra forma. Aquí estar en la federación significa dar carreras para buscar el presupuesto, para planificar. Si no tienes resultados no te aprueban lo que pides, es un proceso que desgasta mucho mentalmente.

¿Hay relevo para ti?
Es difícil encontrar personas que tengan el talento y las condiciones adecuadas para este deporte, esas surgen cada dos o tres generaciones. Elizabeth Popper, por ejemplo, tenía unas grandes condiciones. Si la veías fuera de la zona de juego nunca te iba a pasar por la mente que era una gran atleta, excelente, con mucho talento. Es para mí lo máximo. Ella fue la abanderada cuando por primera vez se introdujo el tenis de mesa en unos juegos olímpicos y logró ganar partidos en Seúl 1988. Era una persona fuera de serie, ella estaba muy avanzada para su época y el hecho de haber llegado hasta dónde lo hizo, fue su gran logro.

¿Por qué no producen más jugadores?
En Venezuela el tenis de mesa está en la mitad de un proceso de masificación. Se ha hecho un trabajo arduo, pero hace falta más. El femenino siempre ha sido destacado y en el masculino las cosas se han dado distinto. En Latinoamérica cuando un jugador sobresale, de una vez, lo llevan para campamentos fuera de su país y eso se nota cuando vas a las competencias. Aquí no sucede eso que es tan fundamental. A uno le retrasan mucho su maduración porque lo dejan hasta cuatro años aquí, sin viajar, sin mucho apoyo. La federación debe hacer un esfuerzo más grande, intenso, para que se logre dar ese proceso de masificación que se encuentra encaminado.

¿Qué hace Fabiola para masificar?
Estoy trabajando con la Alcaldía de Caracas. Vamos a las parroquias, dictamos clínicas, llevamos mesas y las dejamos en la comunidad. Es un comienzo. Lo hacemos Katiusca Chirinos y yo, damos talleres a entrenadores y chamos para que aprendan fundamentos básicos. Es su idea que estamos desarrollando y que cuenta con el apoyo del alcalde Jorge Rodríguez quien es un gran fanático y juega un poco de tenis de mesa.

Eso es lo que te ocupa, entonces
Es un trabajo fuerte, duro. Quiero transmitir lo que he aprendido. Mientras hago eso me preparo para los Juegos Olímpicos. Después veré qué hacer.


FRASE 1
“Es difícil encontrar personas que tengan el talento y las condiciones adecuadas para este deporte, esas surgen cada dos o tres generaciones”

FRASE 2
“No deseo estar más en la selección después de los Juegos Olímpicos, quiero apartarme un poco y dedicarme a lo que he estado haciendo con la masificación, es un trabajo duro y enriquecedor”

CIFRA 1
203
La mejor ubicación en el ranking mundial del tenis de mesa que ocupó en el mes de noviembre del año 2003

CIFRA 2
2003
El año en que ganó su único campeonato latinoamericano, su máximo logro individual en la zona de América


Perfil guerrero de una grande olímpica
Ángel Bello conoce, más que cualquiera, mucho a Fabiola Ramos. Desde el año 2001 asiste, cada martes, a una jornada de terapias que le han forjado su carácter apacible y la actitud guerrera.
“La madurez se programa y ella ha sabido encontrar eso. Tiene un talento natural para adaptarse y rendir en cualquier deporte que haga. Hay dos rasgos, de varios, que la distinguen: disciplina e inteligencia deportiva. Eso la hace ser distinta a los demás”, sentencia Bello.
El psicólogo deportivo ha sabido conducir a la jugadora por los difíciles caminos de la alta competencia.
“Ella posee también un elemento importante. Es una guerrera nata, no se deja vencer, en la adversidad se crece, lucha, nunca se entrega. Eso es un plus. Ella sabe cómo y cuándo reaccionar ante determinada situación porque además de desarrollar su estrategia, sabe estudiar a su rival”, agrega.
Bello trabaja con patrones estadísticos y eso le ha favorecido en los resultados.
“La alta competencia se trata saber qué hacer en una situación porque en unos Juegos Olímpicos, todos tienen la misma posibilidad de ganar”, selló.


Intimidades
 “Fui pitcher y lanzadora de disco, martillo y jabalina”, recuerda. Un día acompañó a su padre a un lugar en el que había una mesa de “ping-pong”, cuando tenía casi 13 años y de inmediato conectó.
“Le insistí a mi papá que me llevara a entrenar. Me inscribió  en un gimnasio que quedaba debajo del estadio Luis Aparicio, en Maracaibo, y recibí mis primeras clases”, explica.
Fabiola Ramos, la cinco veces olímpica, tiene la chispa de todo marabino. Es locuaz, divertida y amena. Quienes me conocen lo saben porque, en contraste,  al enfundarse la ropa de trabajo hace una metamorfosis para convertirse en una atleta, casi perfecta, sobre una mesa de tenis.
“Soy una persona normal. Me gusta el cine, las películas biográficas, escucho música y disfruto mucho de mis sobrinos. Ellos se toman fotos conmigo para mostrárselas a sus amiguitos porque no le creen que soy su tía”, detalla la jugadora quien está deseosa de cerrar su brillante carrera deportiva.
“Quiero tener hijos, familia, deseo por desarrollarme como madre. Comenzar una nueva vida. Es difícil llevar una relación estable y el deporte. En el tenis de mesa si hay hombres bonitos”, dice con picardía.

RECUERDOS OLIMPICOS

1
Atlanta 1996. La villa era gigante, con muchas cadenas de comida. No pude visitar ni siquiera otros deportes. Fue muy rápido. Todo fue emocionante, nervios, alegría, una serie de sentimientos cruzados. La magnitud de aquello la sentí cuando me llamaron a jugar por primera vez, me abrumó.

2
Sydney 2000. Llegué como subcampeona del clasificatorio de América y eso me dio mucha confianza. Estuvimos 15 días antes de la competencia y eso nos permitió conocer más el país. Conocimos el acuario, los museos, las personas muy atentas, la ciudad era otra experiencia y la comida fue fatal. Era muy mala.

3
Atenas 2004. Fue un gran disfrute. Clasifique en individual y dobles. Ya tenía 12 años como figura de la selección. En esta época comenzaron los viajes de preparación que se hacían en China y eso nos dio un nivel más alto. Conocimos algunas cosas. Era muy calurosa la ciudad.

4
Beijing 2008. Las viví como las últimas. Clasifiqué al romper el gran paradigma porque vencí a una china-dominicana y eso fue muy importante para mi carrera. Fue también como un cierre de ciclo porque después de 10 años dejamos de ir a los campamentos en China.

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